Tachibana-san Chi no Dansei Jijou - Capítulo 05 - Enero
Un aliento blanco salió de los labios de Kyouka.
Se acomodo su abrigo por el inmenso frío que hacía.
Ella recordó el reporte del clima prediciendo que nevaria el fin de semana.
Ha pasado medio año desde sus vacaciones.
Fue después de su trabajo y ella se encontraba al frente de una estación de trenes en la dirección contraria a su casa.
Ya había pasado el tiempo acordado.
El frío del viento hizo que inclinara su cabeza.
Yuu debería estar cenando en casa en este momento. Ella quería irse a casa lo más rápido posible para ver su sonrisa.
“Kyo-u-ka-sa-n”
Repentinamente siendo abrazada, ella gritó. Mirando detrás de ella, ella vio al hombre sonriendo.
Ella violentamente lo apartó.
“…Apúrate y vámonos.”
“¿Oh? Así que realmente estás deseándolo. Kyouka-san”
“…Solo quiero terminar con esto rápido.”
Unos días después de sus vacaciones, el hombre la contactó.
Por supuesto el hombre no solo quería verla, él la presionó a tener sexo.
Ella no tenía opción, sino ceder, ya que él conocía su identidad, él podría ir por sus hijas si se rehusaba.
Desde entonces, ella se había encontrado con el hombre muchas veces al mes.
Cada vez que se encontraban, habían tenido sexo.
Al principio, había sido después del trabajo, pero recientemente él la contactaba en sus días libres también.
El hombre sonrió.
“Estoy feliz. Estás usando el perfume que te di, como habías prometido.”
Él le dijo que se lo pusiera, ya que hoy era un día especial. Ella solo había obedecido.
“…Es demasiado.”
“¿Hmmm?”
“Estás hablando mucho hoy. No me puedo retrasar… si lo vas a hacer, apúrate.”
“Si, si. Hoy preparé algo un poco diferente, espero que estés deseándolo.”
Él la llevó, no a un hotel del amor, sino a un hotel lujoso en el centro de la ciudad.
Estaba incluso en uno de los pisos más altos.
Ella se preguntaba qué tenía planeado, pero desesperadamente trató de parecer calmada, sabiendo que él podría tomar ventaja de cualquier ansiedad que ella mostrara.
Cuando entraron a la habitación, ella podía escuchar personas hablar. Parecía que otros habían llegado antes que ellos.
“Llegas tarde.”
Cuando ella entró en la amplia sala al final del pasillo, se detuvo y miró.
Allí, junto con un hombre moreno con mirada frívola y de un alto y musculoso hombre estaban Yuika y Koharu.
“Kyouka-san, ¿qué te parece? ¿Te gusta lo que planeé para hoy?
Ella sintió que la sangre desapareció de su cuerpo.
“…”
Ella estaba usando su abrigo en el interior y el calentador estaba tan fuerte que ella debería estar sudando. Sin embargo, ella se congeló hasta lo más profundo, temblando como si se estuviera congelando.
Por la manera tan familiar en la que los hombres tocaban a Yuika y Koharu y la forma en la que sus hijas no mostraban una fuerte resistencia, ella podía decir que sus relaciones no eran algo nuevo.
Ella estaba en shock por no haberse dado cuenta que sus hijas habían estado actuando de manera extraña.
La culpa de su traición había causado que no le prestara atención a sus hijas.
Todos los días ella solo pensaba cómo ocultar sus encuentros con el hombre. Su arrepentimiento y disgusto en cómo ella había estado centrada sólo en ella causó que su visión se oscureciera.
Parecía que Yuika no estaba tan sorprendida como Koharu por encontrar a su madre.
¿Ella había imaginado que esto sucedería o lo escuchó por el hombre?
“…Nos hemos llevado muy bien, pensamos que sería genial que te nos unieras. Estoy satisfecho solo contigo Kyouka-san, pero estos tipos fueron insistentes. No te preocupes, no voy a dejar que te toquen. Ellos están tan centrados con tus hijas que no creo que les importe.”
Sus palabras trajeron a Kyouka de vuelta a sus sentidos.
“¿Desde… las… vacaciones?”
“Hmm, quién sabe.”
El hombre se reía audazmente.
“Verte de nuevo me hace recordar lo hermosa que eres. ¿De verdad eres la madre de Yuika-chan? No puedo creer que seas una madre, ya veo porque senpai gusta de ti…”
El hombre moreno, sorprendido, la miraba como si la estuviera lamiendo desde la cabeza a los pies.
“Ok, reunión de madre e hijas hecha, comencemos. Estoy cansado de esperar el festín justo delante de mí.” Dijo el hombre de cabello corto y el hombre que vino con Kyouka la miro.
“Muy bien, mostrémosle a cada uno el resultado de nuestro entrenamiento.”
Petrificada, ella fue incapaz de responder.
Su cuerpo tembló cuando el hombre puso su mano en su hombro.
“No tenemos la intención de cruzar la línea, ya sabes el precioso novio de Kyouka-sa…”
“Detente.”
Kyouka gritó por instinto.
“Tranquilízate. No lo vamos a envolver a menos de que tengamos… ¿Lo entiendes?”
“Sería una historia diferente si tuviéramos a un maricón aquí.”
El hombre de cabello corto sonrió.
“Oye, no bromees.” El hombre se le quedó mirando.
Ella sabía que tenía que hacerlo.
Estos hombres no eran normales.
Ellos podrían hacerle daño a Yuu con métodos que Kyouka no podría ni siquiera imaginar.
“… Ustedes dos…”
Kyouka contenía sus palabras.
“…Mamá, lo siento.”
“Está bien.”
Kyouka sonrió a Koharu.
“… Hemos llegado tan lejos, no hay nada que podamos hacer.”
Yuika miró a Kyouka.
“¿Ahora qué, Kyouka-san?”
Ella sintió un cálido aliento en su cuello.
Kyouka mordió su labio y asintió.
“Genial. Bueno, comencemos con una mamada.”
Cada una de ellas fue con un hombre y se arrodillaron frente a la entrepierna de ellos.
El pene que apareció frente de ellas hizo que empezaran a babear.
Era doloroso como su cuerpo se había acostumbrado totalmente.
Yuika, Koharu…
A pesar de que la presencia de Kyouka hacía que ambas se sintieran incómodas, a la insistencia de los hombres, ellas nerviosamente empezaron a darle sus servicios a los hombres.
Kyouka sacudió su cabello y se metió el erecto pene a la boca. La sensación de sentirlo en su garganta ya no era algo nuevo para ella.
Ella ya no podía recordar cuándo fue que empezó a pensar que chupar penes era algo natural.
“Asombrosooo… Ella está tragándose todo el enorme pene de senpai.”
El hombre de cabello marrón lanzó un silbido.
“Por supuesto. Eso es lo que llaman compasión de madre.”
Es como si estuviera exhibiendome…
Su arrepentimiento e indignación hizo que sus cachetes se pusieran rojos. Sin embargo, una vez que empezó a sentir el escurridizo líquido preseminal en su boca, ella usó tanto su lengua como su boca para mamarle el pene.
“Yuika-chan, dame lo usual.”
El hombre de cabello marron sonrió mientras ella chupaba su glande.
Kyouka miraba por la orilla de sus ojos mientras su boca estaba llena con un pene.
Yuika levantó su camisa y sus firmes pechos salieron.
El brasier que Yuika estaba usando era rosado con un diseño femenino que ella nunca antes le había visto.
“Jeje. Como pensé, ese brasier se te ve bien.”
“… Si, si.”
“Ah, pero tus tetas están llegando a tu abdomen… Yuika-chan, tus tetas se están volviendo más grandes. Demasiadas paizuris quizás. O quizás es porque las he estado chupando y manoseando demasiado.”
“Cállate.”
Yuika se quitó su brasier y puso el negro-rojizo pene en su escote, moviendolo de arriba hacia abajo.
Verlos hacía que su corazón se acelerara.
“N,u…nn…chu…n…n, uuu…”
Ella lamió el glande que salía de su escote.
El hombre de cabello marrón dejo salir un sonido de lo excitado que estaba.
“Malditos. Solo meterlo en sus bocas es tan mundano.”
Koharu no estaba chupando su pene. Tampoco estaba usando sus tetas, sino que le estaba chupando tanto su pene como sus bolas.
“Senpai, ¿acaso eso no es algo muy sucio?”
“Esta puta es más amable que las otras mujeres. ¿No lo eres?”
Él, como de costumbre acarició el cabello de Koharu y ella respondió débilmente, “S-si…”, mirando al hombre con sus ojos llorosos.
Kyouka era incapaz de suprimir su sorpresa al ver a Koharu con el rostro de una mujer.
Ella no podía creer que la eternamente inmadura Koharu pudiera verse tan sensual.
“… ¿Qué te parece? ¿No estás feliz de tenerme?”
Kyouka cerró sus labios ignorando los susurros del hombre.
“Nnn… Ustedes son insoportables…”
“Wooow… Kyouka-san, sé que tus hijas están aquí, pero estás esforzándote demasiado.”
Kyouka subía y bajaba su prepucio, chupando su caliente pene que parecía que quemaba su boca.
El presemen que salía se mezclaba con su saliva causando que sonara.
El sonido hizo que su cuerpo se pusiera más caliente.
Su cuerpo se había familiarizado por completo con el sabor masculino que le habían obligado a soportar una y otra vez.
“Guuu…”
Rezongando en voz baja, el hombre tomó su cabeza y fuertemente la empujo hacia él.
Su pene entró profundamente en su garganta.
“Nnn!”
La primera vez que él empujó de esta forma ella se había asustado sin saber como podía respirar. Ahora, sin embargo, ella sabía cómo hacerlo.
El dolor físico estaba desapareciendo pero la manera en la que pudo reaccionar tan rápidamente y la forma en la que fue incapaz de resistir al hombre, hizo que la conciencia le pesara aún más.
“¡Aahh, me corro!”
“N…!”
Su pene se movió disparando su semen y ella lo tragó fuertemente.
Yuika junto sus pechos, haciendo que saliera todo el semen que el hombre tenía. Mientras tanto, Koharu recibía la violenta eyaculación en su cara.
Kyouka finalmente sacó el pene de su boca y respiró fuertemente.
Ella puso una mano en su estómago, que inconscientemente se había vuelto más cálido.
“Bien entonces, ustedes tres, veamos que tan vergonzosas se volvieron sus pantaletas.”
Yuika aflojó la correa de sus pantalones y los bajó más abajo de sus rodillas, mientras Kyouka desabrochaba el gancho de su falda y se la quitaba.
Koharu dócilmente se subió el doblez de su falda.
En comparación a unos meses atrás, ellas se mojaron mucho más fácilmente. La velocidad de eso incluso sorprendió a Yuu.
“Como se esperaba del MILF Hunter. Ella es la mas húmeda de las tres.”
Sintiendo los ojos del hombre de cabello marrón, ella inconscientemente apretó sus piernas.
Su entrepierna estaba mojada y ella podía sentir sus jugos derramarse por sus muslos.
“Por supuesto. Nuestros cuerpos son perfectamente compatibles.”
Ella se despreciaba por poner tan poca resistencia pero era difícil extinguir el fuego de deseo carnal que quemaba el cuerpo que había recibido el semen del hombre.
“Aa, ya no puedo soportarlo, Koharu, hagámoslo como siempre.”
El hombre de cabello corto forzosamente agarró a Koharu de la mano, abrazándola y besándola.
“Nn… Fa… n, u…”
Por la fuerza con que lo hizo, Koharu termino sentándose en las piernas del hombre. Ella naturalmente se sentó en su pene, el cual estaba obviamente apuntando hacia arriba y empezó a mover su cadera lentamente, estimulando a través de sus calzoncillos.
“¡Detente!”
Kyouka gritó, pero fue sostenida por el hombre.
“Tú tienes cosas que hacer. Es un trabajo importante, mantennos entretenidos.”
“¿Entretenerlos…?”
“Tengamos algo de madre-hija lesbianas.”
“…”
Los dedos moviéndose entre sus piernas y agraciando su entrepierna la hicieron tragarse sus palabras.
Ella era incapaz de rechazar sus persistentes dedos incluso si tratara y entonces, casi inconscientemente ella cerró sus muslos, apretando sus dedos.
Disgusto y deseo de ser acariciada se mezclaron en su pecho.
“Si nos entretienes, no forzaremos a tus hijas a hacer nada irrazonable.”
Ella estaba segura que estaba mintiendo, pero el hecho era que no había nada que ella pudiera hacer además de creer en sus falsas palabras.
“…Yui…ka…”
Ella trató de decir su nombre pero su voz salió muy baja.
Kyouka se giró hacia Yuika.
“Está bien.”
Dijo Yuika riendo un tanto con autodesprecio.
Yuika…
Kyouka besó los labios de Yuika.
Sus labios eran gruesos, suaves y firmes porque era joven.
Cuando lamió sus labios, Yuika puso su mano cuidadosamente en los pechos de Kyouka, como si estuviera tocando algo frágil.
“Mamá, tus pechos son muy suaves.”
“Nnn, eso da cosquillas…”
“Entiendo un poco porque Yuu está tan obsesionado con ellos…”
“… Q-qué estás diciendo en un momento como este.”
Sus pechos fueron manoseados a través de su blusa.
Sus pechos se movían desvergonzadamente en las manos de su hija.
Ella inconscientemente frunció el ceño, superada por la humillación.
Su hija removió su blusa y expuso sus tetas, cubiertas por la extravagante lencería rosa claro que el hombre le dijo que usara.
Sus pechos, que estaban un poco caídos, salieron con fuerza cuando su brasier fue desabrochado.
Yuika apretó sus pezones entre sus dedos y jugó con ellos.
Un punzante entumecimiento hizo que su nariz se abriera.
“Nuuu…”
Las manos de Yuika eran cálidas por la emoción y el sabor de eso hizo que sus duros pezones fueran más notables.
Por supuesto, esta era la primera vez que había hecho esto con una mujer y fue ensayo y error.
Sin embargo, al menos, era mucho mejor que ser violada por hombres que ellas no tenían idea.
“…Mamá”
Yuika miró al hombre mientras sacaba su pecho.
Es verdad. Tenemos que hacer esto bien.
Siguiendo las indicaciones de su hija, ella gentilmente tomó las voluptuosas tetas que eran demasiado grandes para la mano de una mujer.
No era solo su elasticidad, como mochi fresco, tampoco su suavidad.
Sus tetas eran firmes y apuntaban hacia adelante a pesar de su tamaño e incluso su madre podía ver su gran encanto.
“Aah…”
Yuika tembló, dejando salir un dulce gemido.
Ella apretó sus dedos en los blancos pechos, llenos de semen después de hacer que el pene del hombre acabará.
La punta de sus pechos eran un poco como pequeñas golosinas rosa claro, enfatizando la intensidad de sus redondos pezones erectos.
“Aan…”
Yuika dejó salir un gemido cuando ella besó suavemente sus pezones.
Llenandolos de saliva, ella mordió suavemente y chupó.
Yuika acarició sus tetas un poco más fuerte.
“Ha, aa…”
Kyouka arqueó su cuerpo ante la electrificante estimulación.
Sus pechos se movían por el más mínimo movimiento de su cuerpo y su blanca piel se sonrojaba.
“Mamá, tus tetas son demasiado grandes, ni siquiera sé dónde ver.”
“Hya… Dónde estás tocando…”
“Estás tan mojada.”
Yuika tocó sus bragas con sus delgados dedos.
Un obsceno sonido resonó al más mínimo roce y ella temblaba por la vergüenza de que su hija sabía cuán mojada estaba su ropa interior.
“Las voy a quitar.”
“… Eh, ehh…”
Su cuerpo se estremeció mientras el aire pasaba por sus labios vaginales, que estaban llenos de sus jugos vaginales.
Yuika se quitó sus bragas también, luego se sentó encima de Kyouka, poniendo su vagina en su cara.
“N-no…”
Ella trató de cubrir su vagina con sus manos, pero Yuika la detuvo.
“Esta posición se llama 69.”
Yuika movió su lengua por toda su húmeda vagina.
“¡Hyaaann!”
La sensación de inmoralidad de ser lamida por su hija hizo que dejara salir unos vergonzosos gemidos.
“Que linda… Así que de esta forma es que complacías a Yuu…”
Un dedo entró y empezó a moverse.
“Yuika… n, n, uu…”
Gotas de sudor se formaron por todo el cuerpo de Kyouka.
Su vagina se volvía más obscenamente mojada.
“Aaah, nooo… aan, noo…”
Ella estaba a la merced de las caricias de su hija, todo su cuerpo estaba ardiendo como si tuviera fiebre.
“… Hey, mamá, hazmelo también. Esto nunca va a terminar si no lo haces.”
“Ah, ahh, t-tienes… razón…”
Ella nunca hubiera pensado que estaría viendo tan intensamente a la vagina de su hija.
La vagina de Yuika estaba tan mojada como la de Kyouka. Cuando se acercó, el característico olor de una mujer adulta se volvió aún más fuerte.
Era el olor de una mujer en celo.
Sin importar lo que su mente pensara, el cuerpo de Yuika estaba demandando ser embarazado.
Ella empezó a besarla gentilmente mientras tocaba suavemente, y gradualmente empezó a usar su lengua.
“Tu clítoris es tan lindo.”
“Ah, allí, se… gentil…”
Ella fue devuelta a sus sentidos escuchando el tono lloroso de su voz que ella había reservado para Yuu. Ella sintió como si su rostro fuera a prenderse en llamas.
“Qué voz tan linda. Deberías estar bien con esta estimulación.”
“… Nn. No digas eso.”
Yuika apretó la base de su clítoris y puso saliva en la punta.
Su super sensible clítoris reaccionó excesivamente al más mínimo estímulo.
“Aaa… eso es… suficiente… ahh… ¡ahiii!”
Ella dejó salir un dulce grito, incapaz de detenerse a sí misma de cerrar su piernas.
Aun así, la lengua y dedos de Yuika se movían con habilidad, pelando la capucha del clítoris.
“¡Aann!”
Todo el cuerpo de Kyouka estaba bañado en sudor y ella podía sentir el asfixiante olor femenino que salía de su cuerpo. Ella una vez más miró el clítoris de su querida hija y rozó la abertura que estaba derramando sus pegajosos jugos.
“Aan, duro…nn, no lo chupes tanto… aah… haa, haa, haa…”
La pena de estar a punto de acabar hizo que Kyouka mordiera su labio pero no había nada que ella pudiera hacer.
“Y-Yuika…”
Ella dejó salir un grito lleno de angustia.
Las manos y labios de Yuika la habían hecho correrse.
“Como se esperaba de Yuika-chan. Ahora eso es lo que llamas frutos de la práctica diaria.”
“Eres tan molesto…”
Yuika miró al hombre de cabello marrón.
Desde esas vacaciones, nosotras hemos sido…
“Bueno entonces, continuemos… Hey, ¿por cuánto tiempo van a seguir divirtiéndose ustedes dos?”
“Lo siento, lo siento.”
Regañado, el hombre con el cabello corto dejó de chupar las tetas de Koharu. Ella estaba totalmente desnuda, sentada frente a frente en sus piernas.
Los pezones de Koharu, habiendo sido chupados sin parar por el hombre, estaban obscenamente duros y su blanca piel estaba totalmente roja.
“Muy bien. Es hora del evento principal.”
El hombre se rió, enfatizando a propósito la tienda que se levantaba en sus pantalones.
“… Por favor, hazlo en otra habitación.”
Ella aún estaba saliendo de su orgasmo. Kyouka murmuró, tratando de mantener su voz para no gritar.
“Maldición, sólo ríndete… ¿No ibas a hacer lo mejor que podías por Yuu?”
El hombre les ordenó que se acostaran la una al lado de la otra en el piso.
Kyouka, llena de resignación, hizo como se le dijo y se acostó.
Yuika y Koharu se pusieron en cuatro al lado de Kyouka.
“Abre las piernas.”
“Eh…”
“¿De qué te avergüenzas ahora?”
Siendo guiada por los dedos que acariciaban sus muslos, ella abrió sus piernas.
Ella estaba en una posición inimaginablemente obscena mostrando los vellos de su vagina, pero ella no sintió mucha resistencia como en los meses anteriores. Al contrario, su respiración se aceleró naturalmente al solo pensar en cómo estaba exponiendo la fuente de su vergüenza.
“Tus tetas se sienten tan bien y suaves.”
El hombre, emocionado, susurro mientras tocaba las montañas de Kyouka.
“Bien, es mi turno.”
El hombre soltó su propio pene.
“Enserio, nunca me canso de cogerte todas las semanas. Mira como se puso, está tan feliz de poder cogerte.”
El despreciable pene, que la había hecho correr en contra de su voluntad, salió.
“U, n…”
Inconscientemente Kyouka tragó saliva.
“Lo recuerdas, ¿no es así? La primera vez que me dejaste cogerte sin protección.”
“No d-digas algo tan escandaloso… E-eso fue porque me obligaste…”
Ella había sido cogida hasta que no podía levantarse, entonces a ella la habían puesto en cuatro como una perra y fue obligada a aceptar su pene sin condón.
Ella había sido penetrada por su pene, de una forma atroz sin un condón, y después de que ella se corriera múltiples veces, él se corrió dentro de ella.
Desde entonces, ellos lo habían hecho sin anticonceptivos una o dos veces al mes.
El pene del hombre estaba cubierto por presemen haciendo que brillara, luciendo totalmente demoníaco.
A los lados de Kyouka, Yuika y Koharu, ambas en cuatro, fueron emparejadas de nuevo con el hombre de cabello marrón y el hombre de cabello corto.
La perversa situación de una madre y sus hijas alineadas y mostrando sus partes privadas hizo que se mordiera el labio.
El hombre asintió al hombre de cabello marrón.
“Yuika-san, vamos, levanta el culo. Es hora de mostrarle a tu mami como siempre me lo succionas.”
Dijo el hombre de cabello marrón sonriendo.
“…Nn…”
Yuika, frunciendo, levanto sus caderas y lentamente recibió el bestial pene.
Kyouka apartó sus ojos, incapaz de ver.
“Nn… nn…”
El débil gemido de Yuika y el húmedo sonido retumbó en sus oídos.
“Ah… aaa… h…”
Yuika…
Ella después de un tiempo volteó y sus ojos se encontraron con los de Yuika. Ella tenía todo el pene dentro de ella.
“Ohhh, la vagina de Yuika-chan, maravillosa como siempre. Esta completamente suplicando por mi pene.”
“C-cállate… nn…”
Yuika estaba tratando de parecer tranquila pero sus ojos estaban húmedos y sus párpados temblando.
Entonces, su piel blanca se tornó de un rojo seductor.
Con el pene dentro hasta la base, el hombre de cabello marrón, mostrando su tono de superioridad empezó a masajear las tetas de Yuika.
Cuando él estimuló sus pezones, el difícil respirar de Yuika se convirtió en un dulce gemido.
“No podemos dejar que nos ganen. Cuento contigo, Koharu.”
El hombre de cabello corto dijo con mucha familiaridad.
La diferencia en el tamaño de sus cuerpos era mucho mayor que la de Yuika y la del hombre con el cabello marrón, incluso se veía en el tamaño de su pene. Era demasiado grueso. Era quizás dos veces más grande que el de Yuu.
¿Podría Koharu de verdad meterse esa cosa?
Fue difícil para ella creerlo, pero sus interacciones parecían algo completamente normal.
“Aquí… voy…”
Koharu, mirando a las otras dos levantó sus caderas.
Yuika junto a Kyouka miró con preocupación a su hermana menor.
Sin embargo, todo lo que podían hacer era ver.
“¿Qué pasa, quieres que te ayude?
“…N-no… Yo puedo hacerlo… uuu… ah…”
Moviendo un poco su culo, el rostro de Koharu se llenó temporalmente de angustia.
Sus pechos, los más desarrollados de entre las tres, se movieron tentando al hombre.
“Realmente no me canso de tus tetas.”
Aún sin meterlo por completo, el excitado hombre de cabello corto acariciaba los pezones de Koharu.
“¡…Haa… aah… n-no está aden..n…!”
El regordete cuerpo de Koharu se movió y retorció.
El rojizo pene penetró su blanco cuerpo, entrando más profundo.
“Hya…nn…aaah…haa, aah, nhi…”
Koharu continuó moviendo la parte baja de su cuerpo para poder meterse el pene aún más adentro.
“¡Nnn…aaa, profundo…n, uuuu!”
Ella dejó salir un fuerte grito.
“Así Koharu, a las vaginas normales les cuesta solo tener mi pene, pero tu asombrosa vagina lo está succionando.”
Koharu, quien parecía haber usado todas sus fuerzas para tomar su pene, empujó su culo contra el hombre de cabello corto, constantemente mirando su abdomen.
Habiendo aceptado ese grueso pene, parecía que estaba un poco hinchado.
La vista de sus hijas siendo violadas debería haber hecho que se cubriera los ojos, pero al contrario, Kyouka miraba intensamente.
“Vamos Kyouka-san. No podemos dejar que tus hijas nos ganen.”
“…Aah…no…”
Al momento que ella levantó sus caderas, rozó su clítoris que había sido expuesto.
Los hombres violando a sus hijas le dieron unas vulgares sonrisas.
Ah, esta humillación…
A pesar de que su cuerpo ardía con una verguenza tan intensa que ella quería morir, ella movió sus caderas contra el pene del hombre.
La más mínima duda de ella haría que estuviera jugando en sus manos, así que ella frunció sus labios y guió el pene a sus profundidades.
“Haaaaa…”
En el momento que su glande y sus labios vaginales se tocaron, ella retorció su cuerpo y gimió de placer.
La sensación de su pene contra sus paredes vaginales que ligeramente tenían espasmos hizo que sus caderas perdieran toda su fuerza.
“N, nnn…”
Ella no sabía cuantas veces este pene la había hecho perder el control.
Mejor dicho, después de experimentarlo tantas veces, ella encontró frustrante que el pene de Yuu no podía llegar tan profundo, lo cual la destrozaba con una enorme culpa.
Ella lo hacia con Yuu para convencerse a si misma que lo mas importante en el sexo era el amor y no el placer. Era irónico como había acentuado la gravedad de la existencia del hombre.
“Los pliegues de tu vagina son tan eróticos.”
El hombre juguetonamente mordió su oreja.
“…Aa, nn… ahaa…”
Kyouka agitaba su cabeza en negación.
A pesar de que ella lo había hecho con el hombre incontables veces, siempre le daba un intenso placer.
No importa cuanto ella tratará de resistir, su vagina apretaba fuertemente, segregando continuamente jugos de amor.
“Aaa, haaa…”
La fuerza de los golpes en su cerviz hicieron que se estremeciera de la cabeza a los pies.
Su visión se opacó. Antes de que se diera cuenta, ella estaba a punto de llorar.
Que sus hijas la vieran hizo que su vagina palpitara y ardiera. Incluso si no se movía, su agitación no se detenía.
Yuika. Koharu… no… miren…
La mirada de sus hijas estaban llenas de shock, viendo a su desvergonzada madre.
La noche de sus vacaciones, ellas habían visto el lado íntimo de la otra, pero esto era completamente diferente, como si ellas instintivamente sintieran que algo depravado estaba en el aire.
“Bueno, comencemos a moverte.”
“…¿Eh?”
“Mueve tu culo.”
“N-no puedo hacer eso…”
Ella suavemente murmuró su negación de forma en la que solo él pudiera escucharla.
“¿Enserio?”
Él la miró fijamente y ella instintivamente dejó salir un gemido.
Recientemente, él le había ordenado que moviera sus caderas durante sus encuentros sexuales.
Esas veces, ella ya había sido obligada a correrse repetidas veces. Esta sería la primera vez en la que ella estuviera casi sobria.
“Rico y sensual, ¿lo entiendes?”
Kyouka bajó sus ojos y lentamente movió sus caderas.
Donde fuera que el pene presionara contra su cérvix o rozara contra sus paredes vaginales, un dulce entumecimiento estimulaba lo profundo de sus caderas.
El húmedo y descuidado sonido de los jugos que salían de ella resonaba.
Las olas de placer que recorrieron no solo su vagina, sino también en lo profundo de su cuerpo, hizo que su pulso se acelerara.
“Ah…n…aa…n, u…”
Yuika y Koharu trataron de voltear sus cabezas pero los hombres no se lo permitieron.
Sus cachetes se enrojecieron y el rostro de sus hijas excitadas mientras la miraban, atravesó su corazón como incontables cuchillos, haciéndola estremecerse.
No miren, ella casi suplicó, sin embargo todo lo que ella dejó salir fue un gemido del que ni siquiera ella podía evitar sino avergonzarse.
“Aaah…ha, aah, nn, haaa…”
Los hombres manosearon los cuerpos de Yuika y Koharu mientras miraban los movimientos de Kyouka.
El hombre de cabello marrón beso a Yuika haciéndola tragarse su saliva.
Yuika fue obligada a aceptarlo mientras hacía muecas por el asco y el placer que sentía. Entonces, ella eventualmente sacó su lengua.
El hombre de cabello corto violentamente apretó las tetas de Koharu, haciéndo que salieran de sus manos mientras él jugaba con ellas como si fueran un juguete. A pesar de la satisfacción que el sentía al molestarla estaba lejos de ser amorosa, el cuerpo de Koharu palpitaba sensitivamente en respuesta, sus cachetes ardían y ella disfrutaba el dulce éxtasis.
Kyouka estaba asombrada por la feliz expresión en los rostros de sus queridas hijas.
“Parece que estas teniendo envidia mirando a tus hijas comportándose de forma tan perversa. Tu vagina acaba de apretar.”
“Aa…. Eso no es… Hya…”
Ella dejó salir un grito de súplica cuando las uñas del hombre apretaron un poco su clítoris.
Una sensualidad que ella no podía esconder apareció en los movimientos de su cadera.
Ella se movió de una forma en la que hizo que su erecto pene golpeara en los lugares donde más sentía placer.
Su enorme glande rozaba contra sus paredes vaginales, destruyendo la relación que tenía con Yuu.
“Muévete más rápido. Deberías ser capaz de hacerlo ahora.”
El hombre agarró sus grandes tetas provocandola.
“¡Aaann!”
Él apretó sus pezones fuertemente para apresurarla. En lugar de doler le, ella lo sentía. Sus partes que eran estimuladas incesantemente empezaron a sentirse cálidas.
“O-ok, lo entiendo…”
Cuando ella pensó en como estaba exponiendo su miseria en frente de sus hijas, ella no sabía porque, pero ella sintió una calidez ardiendo dentro de su cuerpo.
“Aaah… aan… haa… nnn!”
Cuando ella bajaba sus caderas de forma seductora, su masculino pene revolvía su vagina. Su gran glande raspaba contra sus hinchadas paredes vaginales, haciendo que pervertidos destellos de placer aparecieran en sus ojos.
Su vagina apretó.
Su vagina estaba manchada con su espumoso jugo blanco.
Su mente que una vez estuvo sobria estaba volviéndose nublada.
Ella inconscientemente rozaba contra las áreas donde sentía más placer y los movimientos de su cadera suplicando empezaron a acelerarse.
Aa, no…
Ella había estado reacia, pero las caderas de Kyouka no se detenían, traicionando su propia voluntad.
“Haa, aah… aaann…!”
Encontrándolo frustrante el tener que levantar sus caderas a cada rato, ella terminó moviendo sus caderas hacia adelante y atrás, con su pene completamente enterrado en ella.
“Hey, eso debería ser suficiente. ¿Por cuánto tiempo vas a seguir presumiendo?”
El hombre de cabello corto habló.
“Senpai, ya no puedo soportarlo más, voy a acabar.”
El hombre de cabello marrón habló también.
“Oh bueno. Un corto descanso, entonces Kyouka-san, deberías descansar también.”
Las manos del hombre fueron a sus caderas y las detuvo.
“Ah…”
Kyouka puso una cara distorsionada, encontrando insoportable que el repentino descanso la detuviera justo antes de acabar.
“… Enserio, te querías correr, ¿no es así?”
“No, yo no… nnn…”
Le costó hablar debido a que su habilidad para pensar estaba siendo dañada por su agonía.
Ahora era su turno de ver.
Dejando salir todo el deseo que tenían adentro, los hombres empezaron a cogerse a Yuika y Koharu.
“¡Ah… haa, duel… aan, det… detende,,,n, nn, demaciado r-rápido…!”
Yuika luchó, pero ella fue incapaz de resistir el grueso pene que estaba completamente dentro de ella.
Sus hermosas y delgadas piernas cubiertas en sudor, ella sacudió su cabello negro y estiro los dedos de sus pies.
“Aah, ann, haa… ahh… mi interior, si lo empujas tanto… me voy a volver l-loca…”
Mientras él la empujaba de forma salvaje, él apretaba las tetas de Yuika. Incluso su madre podía decir que ella se estaba volviendo impresionantemente erótica.
Era fascinante en una forma en la que era totalmente diferente de cuando ella lo hacía con Yuu.
“La vagina de Yuika-chan realmente está apretando mi pene. Tu cuerpo de verdad es honesto, ¿eh?”
“Ah… aa… c-cállate… eso no… es verdad… ¡aaaan!”
“¿Incluso aunque tus pezones estén así de duros? No deberías pretender ser fuerte.”
“N-no… pezones… también… haa, ah, ¡nooooo!”
“Los pezones y el clítoris. Yuika-chan, lo estás disfrutando demasiado.”
Yuika cubierta de sudor, sacudió su cabeza con fuerza.
No importa cuanto ella lo negara, su vagina, resbaladiza con sus jugos, estaba fuertemente apretando y devorando el bestial miembro.
“Koharu, no podemos perder contra tu hermana ¿verdad?”
“Aah… nn… fa…”
El hombre de cabello corto puso sus manos en el mentón de Koharu y la beso a la fuerza.
Su gruesa lengua se movía dentro de la boca de Koharu.
Koharu, a pesar de estar gimiendo con dificultad, revolvía su lengua con la del hombre mientras él empujaba.
Casi inconscientemente, ella seductoramente empujó su regordete cuerpo hacia abajo retorciéndose.
…L-las dos estan siendo demasiado d-desvergonzadas…
Su mente entendió que ella no debería estar viendo, pero sus ojos fueron naturalmente atraídos a las partes bajas del cuerpo de sus hijas y de los hombres mientras cogían.
Yuika y Koharu pusieron sus piernas alrededor de los hombres. Ella no podía decir si lo estaban haciendo de forma consciente o no.
Mi cuerpo es como el de ellas…
Era porque su corazón no podía rendirse con Yuu que ella no podía evitar sentir el enloquecedor cambio en su cuerpo.
Teniendo prohibido moverse con el pene aún dentro de ella, su vagina ardía.
Ella había dejado de moverse, pero su vagina, siendo obligada a tener su pene, estaba constantemente retorciéndose y sus jugos no dejaban de salir.
“Aah…”
Un dulce entumecimiento hizo que Kyouka gimiera débilmente.
Sus pezones estaban ligeramente apretados.
“Muy bien, ¿deberíamos continuar Kyouka-san? Parece que si nos quedamos quietos por más tiempo, voy a bañarme en tus jugos.”
“Eso no es… ¡aaaah!”
El empujó repentina y violentamente dentro de ella y la seductora voz de una mujer salió de su boca.
“Observa con cuidado, las manchas en la alfombra son increíbles”
“…”
Kyouka tragó ante la obscena, miserable, vista de los jugos que había dejado salir.
“Bien, ahora, ¿deberíamos seguir?”
El hombre hundió sus dedos en sus tetas y empujó sus caderas.
Él empujó repetidas muy profundo de ella y ella imitó los movimientos de sus hijas, con destellos en su mente mientras rodeaba al hombre con sus piernas.
Ella fue cogida con un ritmo tan fuerte que hizo que su cuerpo se levantara.
“¡Aah! ¡haa! Nnn! ¡Noo! ¡haaaan!”
A pesar de que ella no quería que nadie más que Yuu la hiciera gemir de esta forma, ella fue fácilmente derrotada por el pene del hombre que llenaba su muy madura vagina, su pecho se llenó de éxtasis.
El gran y largo palo de carne entraba y salía. Cada tercer empuje, entraba fuertemente contra su desafortunada cérvix.
Cada vez que lo hacía, ella sintió como si se fuera a desmayar.
“N…o… me vas a romper… m-mas lento… ¡hii…!”
El solo ver el cuerpo de Kyouka hacía que cualquier palabra fuera inutil.
Cada vez que su pene alcanzaba la parte más profunda de ella, sus labios vaginales también fueron constantemente golpeados y el sonido seco de los empujes hacían eco.
Sus jugos empezaron a salir de ella tanto que parecía como si estuviera orinando y los jugos que se derramaban calentaron sus muslos.
Un rápido empuje tan fuerte que parecia como si la hubieran apuñalado para matarla, atravesó todo su cuerpo, haciendo que Kyouka perdiera todo el control y la paralizara.
“¡Nnn! ¡Haaa! ¡Aaaaah!”
Su cabeza estaba apunto de desmayarse.
Su excitado cuerpo estaba suplicando por el pene del violador, tanto que era una desgracia.
Los humedos y seductores gemidos de una madre y sus hijas resonaron por toda la habitación y se mezclaron.
“Aaa… Esto es asombroso.”
El hombre dijo fuertemente.
Sin misericordia siendo apretadas y cubiertas de sudor, sus tetas provocativamente tomaron la forma de la mano del hombre. Incluso a pesar de que la estaban tratando de forma tan violenta, el placer la llenó completamente y ella no podía dejar de correrse.
Los movimientos del hombre se intensificaron y ella pudo sentir la cálida respiración del hombre en su sudoroso cuerpo.
“Demasiado… rudo… aa, me estoy volviendo loca.”
Kyouka sacudió la parte baja de su cuerpo, desvergonzadamente sus tetas rebotaban de arriba abajo mientras ella devoraba su pene.
“Aaa, no,, rápido… nn, aaah, haaa, no, ¡no más!”
Pegajosas gotas empezaron a cambiar el color de la alfombra.
“Me estoy rompiendo… nn, aaan, mi mente… s-se está volviendo blanca…”
Sus hijas también fueron llenas con extasis de nuevo, dejando salir sus gemidos. Los hombres se movieron hacia adelante violentamente empujando sus caderas.
“Aah… haaa…nn, m-me corro… aa…haaa…”
“¡Kyouka!”
Su erecto pene listo para acabar, presionó contra su útero y dejó salir su carga.
Ella fue llena por una sofocante sensación como si se estuviera ahogando.
“Aaa, me co..rro, me corro… ¡aaaaann!”
Un inmenso calor llenó rápidamente su mente volviéndola blanca cuando su semen llenó su totalmente cautivada vagina.
Un ardiente calor y una sensación pegajosa dominó su vagina y todo su cuerpo empezó a tener espasmos.
Kyouka abrazó su cuerpo. El sentimiento de intoxicación que amenazó con robar el sentir sus extremidades hizo que sus ojos se desenfocaran y respirara de forma irregular.
La inmensa cantidad de semen hizo que saliera y se derramara sobre sus labios vaginales.
Sintiendo el espeso líquido hizo que se cubrieran sus partes bajas.
Sin embargo, él no la dejó descansar y forzosamente la puso sobre sus cuatro miembros.
“Hii…”
Su pene seguía con fuerza.
Como pensé, una sola vez no será…. aún sigue fuerte…
Todo mientras el semen pintaba su útero, el cual aún seguía siendo comprimido por su glande, horrorosamente continuó quemando su entrepierna.
Madre e hijas terminaron una frente de la otra, tan cerca que la una podía sentir la caliente respiración de la otra.
Rojas marcas con la forma de manos se veían por todo el cuerpo de sus hijas debido a los hombres que las trataban sin ninguna clase de consideración.
“Que exquisito es ver los eróticos rostros de una madre y sus hijas.”
El hombre dijo felizmente mientras golpeaba el culo de Kyouka.
“Nnn… D-detente…”
“¿Qué estás diciendo, después de que lo disfrutaste devergozadamente? Además, no te desagrada que te nalguee ¿no es así?”
Kyouka sacudió su cabeza débilmente.
Sin embargo cada nalgada hacía que su vagina reaccionara devorando el pene, derramando pegajosos fluidos corporales.
“¡Aaaann!”
Debido a que su resistencia se debilitó después de su orgasmo, Yuika seductoramente se movía cuando el hombre empujaba.
La sensual aura que emanaba del cercano rostro de su hija, llena de placer, hizo que tragara.
“No te rindas Yuika-chan. Vamos a mostrarle más de tu sensual rostro.”
“¡Aah… no, nn…!”
Ella estaba siendo empalada por su palo mientras él chupaba su lengua y la hacía que intercambiara saliva.
“Nooo, n-no más… no lo remuevaaaasss… aaan… ¡hah!”
Cuando la parte superior del cuerpo de Yuika cayó, su culo naturalmente empujó, tomando su pene aún más dentro de ella.
“Vamos Koharu, aprieta más. Esto jamás va a terminar si no lo haces.”
“Hyaaaa… aan, si… lo estoy haciendo, estoy apretando… n, ¡aa!”
Mientras ella estaba siendo jalada hacia abajo por sus tetas del tamaño de sandías, la parte baja del cuerpo de Koharu fue completamente presionada contra el piso y ella gimió en medio de su difícil respiración.
“D-dejen… de herir a… m-mis hijas… ¡hii!”
“Nosotros no estamos hiriendolas, las estamos haciendo felices. Deberías saber Kyouka-san.”
El hombre dijo eso mientras empezaba a moverse con más fuerza.
Ella trató de alejar sus caderas, pero el hombre conocía las debilidades de Kyouka como la palma de su mano.
Su grueso miembro estaba en su entrepierna.
Su pene, más grande que el de Yuu, la penetraba llenando todo su cuerpo de placer.
“Nooooo… aaa… eso, ¡nooooo!”
Su voz naturalmente salió y acabó.
A pesar de que su rostro estaba bañado de saliva y lágrimas, el placer que continuamente entraba en ella la hizo incapaz de dejar de acabar.
“¿Qué quieres decir con “No”? Se siente bien, ¿no es así?”
“N, aa… ¡haa, aah, aann, aah…!”
Ella no tenía que decir nada, La mente de Kyouka era como un libro abierto para el hombre.
“¡Haaaaaaaaann!”
Su vagina, aún sensible por el orgasmo, estaba siendo tratada violentamente.
Kyouka llegó hasta sus hijas que estaban siendo igualmente violadas.
Yuika y Koharu tomaron sus manos.
Parecía que la luz en los ojos de sus hijas estaba disminuyendo y sus ojos empezaron a parecer desconcentrados.
En contraste, sus bocas abiertas ocasionalmente mostraban una salvaje sensualidad.
Los hilos de sus sentido de la razón parecía que podrían romperse en cualquier momento por el desvergonzado y duro sexo animal que las entumecia.
No eran solo sus hijas, sino también Kyouka.
Ella desesperadamente trataba de respirar pero fallaba.
Ella sintió dolor pero también placer.
El contraste de las dos emociones se mezclaron, enviando la razón de Kyouka a lo más profundo del abismo.
Aún así, ella continuaba apretando las manos de sus hijas fuertemente.
“Aah… haa, nn, aa.. estoy… enloqueciendo…”
“Nn… es tan caliente… aah, haa…”
Sus hijas murmuraron, gimiento en angustia.
Confusión y culpa se mezclaron, el sentido de inmoralidad encendía su sensualidad.
La apariencia de sus ojos, manchados con lágrimas de alegría, mostraron que ella estaba completamente fascinada.
“Me voy a… correr… de nuevo. Kyouka-san tú probablemente estés a punto de hacerlo también, ¿no?”
“Aaa, no… no me q-quiero correr más pero… hii, ¡hii!”
“Que bien debe ser, correrse aún cuando no quieres. Y no con tu amado Yuu-kun, sino con nosotros. Tú eres increíblemente perversa.”
Su mente, agitada por sus horribles palabras, estaba en completo caos y su vagina apretó aún más fuerte su bestial pene.
“Ah, aaah, no hables… de Yuu-kun, ahora…”
Cuando ella hablaba, su menton se llenaba de saliva.
Los empujes, tan fuertes que parecía como si él estuviera solamente jugando con ella antes, retorcía su cérvix. Su sudor salía por montones mientras su cuerpo saltaba.
“Hii, hii…”
Lágrimas de felicidad recorrieron sus cachetes.
Quizás ella solo estaba afectada por los fuertes empujes, pero Kyouka estaba bajo la ilusión de que ella movía sus caderas por su propia voluntad para estar sincronizada con el hombre. O mejor dicho ella quería creer que era solo una ilusión.
Su cuerpo estaba buscando tener un orgasmo, uno que ella nunca había experimentado antes.
“A, a, haa…n…nfu…”
Sus hijas apretaron sus manos aún más fuerte.
Sus ojos parpadeaban.
“¡Vamos, correte!”
Cuando su grueso cañón explotó cerca de su útero, ondas calientes se esparcieron por toda su entrepierna.
“¡Aaaaaaa…!”
Su segundo orgasmo que fue mucho más grande que el primero, acompañado por una intensidad que penetró en lo más profundo de su cuerpo.
Frente de sus hijas, todo su cuerpo de adulta exprimió completamente el semen de su violador en lugar del chico que ella amaba.
La sensación de ensueño de su cuerpo flotando hizo que sus espasmos fueran largos e interminables.
Igualmente, todos los cuerpos de Yuika y Koharu tuvieron espasmos, sus expresiones estaban llenas de felicidad.
Finalmente libres de su larga penetración, las tres cayeron en el piso, como si hubieran drenado toda su energía y fuerza de voluntad.
Un obsceno hedor inundaba tanto el aire que uno no podía decir que era la habitación de un hotel de lujo.
Arriba de sus cabezas, los hombres estaban felizmente divirtiéndose hablando.
“Kyouka-san, voy a darte un rato para que descanses. Pero después te voy a coger unas 2 o 3 veces más.”
El hombre la besó en el cachete.
“Nn…ah…”
Su cuerpo y alma estaban en éxtasis, ella fue incapaz de pensar.